El amor del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en la “Comunión Trinitaria” es la fuente de todo bien y el culmen de todo lo que se dirige a él. Por eso el hombre, creado por el amor de Dios, tiene que ser conducido por ese mismo amor a la identificación total con esa “Comunión”.
Los sacramentos son el medio que Dios ha instituido en su Iglesia para que este dinamismo se desarrolle de un modo adecuado a las necesidades del hombre en esta etapa de caminantes hacia la comunión divina.
La presente obra intenta describir este proceso siguiendo las tradiciones de la Iglesia en Oriente y Occidente. Son los puntos de contacto entre Ortodoxos y Católicos. Estudiarlos puede contribuir ampliamente a la mutua comprensión partiendo de lo que tenemos en común.